Sin duda mi disco favorito de The Cure. "Faith" es como un sueño (o pesadilla) brumoso, maravillosamente sombrío. No puedo decir que haya escuchado un disco que suene así, o que tenga una sensación tan definida que supere los sentidos de manera tan rápida y completa.
De alguna manera es suave y visceral al mismo tiempo. La portada es hermosa y captura perfectamente la sensación de la música.
¡La producción aquí es increíble! La guitarra es incisiva, la percusión es casi irreal y los bajos duales son completamente potentes. Ese sonido de bajo es simplemente una bendición. Es difícil para mí resumir con precisión este disco de una manera que me sienta bien, así que terminaré diciendo que es perfecto.
Este es el disco donde se destapa definitivamente Weller como un gran compositor de canciones (tenía 20 años cuando grabó este clásico). La elección de “David Watts” como la única versión del Lp es una declaración de intenciones, los Jam dejaron atrás los sonidos más punk para adentrarse en una etapa marcada por el intento de parecerse a los Kinks o a los Who. Y lo consiguen.
Un disco sólido sin fisuras donde se alternan los temas más energéticos con ejercicios acústicos de mérito. Un clásico.
En lo que a mí respecta, este es el primer disco de Judas Priest en el mítico sonido que les conocimos y los llevó a proyectar todo un estilo musical perfecto híbrido del rock y el metal. Está claro que sus anteriores discos fueron joyitas excelsas y en ese sentido, herederas del heavy rock que se hacía en la época.
En este caso comienzan a despegarse con atmósferas más centradas en la melodía, un efecto de eco omnipresente para la voz de Halford y el dinámico ponchado de Downing y Tipton con esos solos intercalados que se despegan de cualquier cosa que sonara en ese momento
El álbum es una progresión lógica para Underworld.
Se siente como si todo este tiempo estuvieran destinados a llegar aquí. La visión de Underworld de la música dance siempre ha sido muy artística. Era amigable para la pista de baile, pero también desconectada del baile. Las ideas extrañas dominaban los surcos.
Las canciones duran un rato, se transforman lentamente hasta que te envuelven en ellas. En realidad, nada ha cambiado en este álbum.
En mi opinión, el segundo mejor álbum de Moodies detrás de On the Threshold of a Dream. Every Good Boy Deserves Favor invierte la tendencia de arreglos (ligeramente) más simples que comenzaron con Question of Balance, reintroduciendo elementos sinfónicos interesantes al tiempo que presenta un conjunto de melodías mucho más fuerte ni con que el álbum anterior.
Al igual que con varios otros álbumes de Moodies, Every Good contiene una pista de apertura "conceptual" con "Procession".
Master of Reality", una nueva prueba de minimalismo, es un disco enorme en el panteón de los Sabbath. Perteneciente todavía a esa primerísima época en la que el grupo se enchufaba en el estudio y grababa todo un clásico en unas horas, el disco se beneficia de una falta de lustre total. La ausencia de pulimento o barniz deja en el tuétano unas canciones que parecen grabadas en una gruta minúscula y asfixiante
Sin embargo, es ese sonido angustioso sobre el que Ozzy canta con tanta devoción, el que te engancha para siempre.
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