Lo primordial de este trabajo de experimentación del dúo creativo responsable de lo mejor de Talking Heads es tener en cuenta la fecha en que fue grabado.
En 1981 todavía se registraban los sonidos en forma análogica, no se utilizaban samplers electrónicos generados por una computadora. Estamos ante un disco plagado de sonidos, voces y efectos de percusión grabados en cinta y sampleados -en un arduo procedimiento- a partir de esas grabaciones.
Aunque resulte dificil escucharlo, a veces hasta asusta, cualquier ser que aprecie la buena música reconocerá que está ante una obra real de arte, hay experimentación, hay una excelente intrumentación, cierta provocación y mucho entretenimento.
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