Adentrarse en cualquier disco de Grateful Dead es una experiencia cuanto menos curiosa, aunque no resulte siempre igual de gratificante. Eclécticos e imaginativos como ellos solos, deben ser reconocidos como uno de los grupos más atrevidos y ambiciosos del área californiana en la segunda mitad de los 60, lo cual les llevó a cosechar una importante cantidad de fervientes seguidores que se hacían llamar los Deadheads.
Sin ser de las más atrevidas, ‘St. Stephen’, que sirve de apertura para Aoxomoxoa, es sin duda alguna una de las grandes canciones por las que siempre serán recordados.
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