A principios de 1970 Pete Townshend se enfrentaba a un serio dilema . Los singles de The Who eran cada vez de inferior calidad y sus ven . tasdecaſan progresivamente . « Tommy , un doble álbum masivamente promocionado , ha bía solventado momentáneamente la crisis , pero el problema ahora era que hacer a continuación para repetir el impacto . La solución fue « Live At Leeds » , un disco en directo con el que se resarcían de sus recientes y desastrosas apariciones en la Isla de Wight y Woodstock , donde antes del concierto alguien había deslizado ácido en sus bebidas . No volverían a cosechar singles como « My generation « Happy Jack » , pero « Live At Leeds » les reportó el tercer y cuarto puesto de las listas de álbumes inglesas y americanas respectivamente , restituyéndoles una reputación que hacía aguas . Todo esto nos lleva a considerar la verdadera utilidad de los discos en directo . Para muchos artistas y compañías es una manera como otra cualquiera de parchear un vacío creativo . Resulta más barato que producir un disco en estudio y permite sacar plusvalía a las mismas canciones de siempre aunque suenen peor y no aporten nada a nadie . Porque si bien los fans no suelen rechistar , para eso son fans , lo que está claro es que no todos cumplen como « Live At Leeds » su teórico cometido : suministrar información adicional , mostrar una dimensión inédita del grupo , llevar hasta nuestro estéreo ese momento irrepetible .
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