Pocas veces se podrá escuchar un disco en el que cada canción te gusta más que el anterior, y así, en crescendo. No hay tiempos muertos: todo es melodía, de la excelente y pegajosa; el sonido, límpido y vibrante. Esta es una obra maestra que debería codearse con lo mejor de bandas como The Beatles y Beach Boys. Espero que también sea, para el oyente, una entrada a esa fascinante discografía de las bandas power pop de los años setenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario