Hay discos que son un mundo sonoro propio,personal e intransferible.Colecciones de canciones que no se parecen a nada ni a nadie :el molde empieza y acaba alli.
Uno de los ejemplos perfectos de esta introduccion es"Rock bottom",media docena de temas imperecederos realizados por Wyatt y sus amigos.
Temas lentos,densos,atmosfericos ,que dejan un poso melancolico.
Un disco de sensaciones:o entras en su ritmo propio o no hay nada que hacer.
Momentos magicos,muchos,pero si tuviera que elegir una maravilla como pocas me quedaria con la trompeta de Mongezi Feza en "Little Red Riding Hood hit the road":desparrame sonoro en unos de los mejores minutos que he oido nunca.Pero hay muchas otras maneras de poner un nudo en la garganta,como la acuatica "Alife" o la intensa apertura de "Sea song", donde la vocecilla de Robert emociona.
Lo dicho,una joya sin referentes anteriores o posteriores.Y por favor,que sea presentada en su diseño grafico original,con la portada marina en blanco y negro de su amada Alfreda Benge.
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