Para mi gusto,uno de los paradigmas del rock ácido californiano.La guitarra voladora de John Cipollina,maestro del género,bien secundado por la de Duncan,dio lugar a una de las joyas provenientes de la Bahía.
En ese sentido,la deconstrucción/recreación a la que someten al clásico de Bo Diddley es asombrosa.Un largo viaje,con mil variantes ,mil guirnaldas guitarreras para llevarnos a infinidad de sitios,especialmente cuando a Cipollina le da por pasear su Gibson SG por la estratosfera.
El resto de los temas es un grato acompañamiento,aunque conviene destacar la intensidad y delicadeza de la gran "Calvary",en la que demuestran el buen tándem que formaban:John instrumentalmente,Duncan más centrado en la composición.Ambos sensacionales en sus papeles.
Finalmente destacar la portada,de esas que merecen ser enmarcadas,una de mis favoritas desde siempre.
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