Él 2 de julio de 1992 se apagaba la voz de Camarón de la Isla. Han pasado treinta años y su figura se agiganta con el tiempo. Algunos lo cuestionaron en vida pero hoy se le puede considerar como uno de los artistas más importantes de la historia del flamenco. Sin duda el que más impacto popular causó, dejando un halo de leyenda que no se apaga.
Grabó 200 canciones y publicó 21 discos.
El niño de pelo rubio, al que su tío apodó Camarón, a los cinco años ya cantaba en una compañía. A los doce años ganó el primer premio del Concurso Flamenco del Festival de Montilla y con dieciséis ganó el primer premio en el Festival del Cante Jondo de Mairena del Alcor. Ya en Madrid cantó en el tablao de Torres Bermejas.
Pepe de Lucía lo descubrió un día en el Rastro. El padre de Pepe que trabajaba para la Phillips acudió al tablao de Torres Bermejas quedando prendado del talento de aquel joven. Así nació la colaboración entre Paco de Lucía y Camarón de la Isla. Dos estrellas se juntaron y dieron al flamenco un esplendor pocas veces igualado. La magia y el impetuoso rasgueo de la guitarra hacían crecer la voz del cantaor consiguiendo ese pellizco que inunda de emoción. Nueve grabaciones que sirven para asentar a Camarón y marcar un hito en la historia del flamenco.
Pero esto no fue sino la antesala de nuevos retos en la ascensión del artista.
Como todos los espíritus inquietos en el arte, su destino es la creación de nuevos caminos, renovar En su interior bullían sonidos del más puro flamenco, como La niña de los peines, pero también otras músicas, Bob Marley, The Beatles o Pink Floyd.
Y apareció "La leyenda del tiempo", un disco que revolucionó el género. Su impacto fue grande entre los aficionados, pero rompió barreras llegando también a un público que no estaba acostumbrado a escuchar este estilo. Como suele ocurrir a veces con todo lo nuevo, en ciertos sectores inmovilistas no fue bien aceptado.
No podían comprender las guitarras eléctricas, las baterías, alguno llegó al extremo de romperlo o devolverlo a la tienda.
Tratando de convencer a estos aficionados declaró: "Los que han escuchado el disco y no les gusta tienen que escucharlo más porque está muy conseguido. El flamenco que yo hago es pop flamenco, no pop gitano".
Lo cierto es que su onda expansiva no paró, incorporó a otros públicos, a otros artistas tanto de aquí como internacionales.
Grabó con la Royal Philharmonic Orchestra, actuó en el Cirque d'Hiver de París, en la discoteca Palladium de Nueva York y en la ciudad de Montreux, en Suiza, donde, en una noche mágica, hizo llorar al mismísimo Quinzy Jones.
El concierto que hizo llorar a Quincy Jones:
https://open.spotify.com/album/3Mm5gmCjCcfqBm9UQad031?si=0QBLfVTLS66jQ85COxDoFA&utm_source=whatsapp
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