Los Moody Blues dejan a un lado el arsenal de instrumentos y la experimentación del recargado ‘In Search’ y adoptan un enfoque mucho más simple en su siguiente álbum, aunque desde aquí hasta el final de su época gloriosa el grupo no varió su fórmula ganadora, manteniendo eso sí una alta calidad.
La ventaja con respecto a otros grupos fue tener cuatro compositores de un nivel similar, evitando así concentrar el peso en un solo integrante.
Así, el álbum se pasea por diversos estilos y donde conviven baladas, números más rockeros y contagiosas melodías pop, todo en un nivel parejo y donde lo único que sobra como siempre son las poesías de Graeme Edge.
Para el final lo mejor, las excelentes y sobrecogedoras “Have You Heard” en sus dos partes y la aventura progresiva de “The Voyage”, todas cortesía de Mike Pinder, quien aportaba todo ese misticismo y exotismo tan de moda en la época y que le da un plus a la música del grupo.
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