Todo pintaba peor para el blues a inicio de los 80. Una época marcada por sonidos mucho más duros y potentes o más comerciales y en cierta parte vacíos. Sin embargo, y contra todo pronóstico, apareció un muchacho de Dallas con ganas de reventar el mercado con su incalculable calidad y desternillante sonido. Estoy hablando del gran Stevie Ray Vaughan.
Este coloso tuvo la capacidad de reinventar un estilo que estaba prácticamente acabado en los 80. Y todo ello gracias a su primer trabajo, Texas Flood de 1983. Un álbum de Blues rompedor y genuino. Reinventó la forma de hacer Blues y volver a hacer de él un estilo de superventas.
Con respecto al contenido del disco, es un álbum redondo. No se hace pesado. Está muy bien equilibrado el reparto de temas entre las caras del disco.
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