A mediados de los 80, Simple Minds estaba en una posición precaria, habiéndose establecido como un grupo post-punk, se habían alejado lenta pero seguramente de las listas del Reino Unido a un modesto éxito con su duro y sin humor de synth-pop de sabor europeo. Sin embargo, aparentemente se habían convertido accidentalmente en megaestrellas al otro lado del charco cuando "Don't You Forget About Me" apareció en la banda sonora de la increíblemente popular banda sonora del Breakfast Club. Esto les permitió saltar al circuito de los estadios americanos, donde podían codearse con U2 y todo tipo de bandas estadounidenses de hair-metal y aprovechar que necesitaban un álbum de rock de estadio.

Adicto a la música en general y devorador de libros de la historia del pop, el rock, el soul, el jazz... Este grupo lo creé con una finalidad divulgativa, como una referencia para aquellas personas interesadas en conocer y transmitir algo más sobre lo que escucha. Lo que me hubiera gustado encontrar a mí cuando me empecé a aficionar a la música, de haber existido internet...
jueves, 8 de septiembre de 2022
DISCO CLÁSICO DE ROCK DEL DÍA
A mediados de los 80, Simple Minds estaba en una posición precaria, habiéndose establecido como un grupo post-punk, se habían alejado lenta pero seguramente de las listas del Reino Unido a un modesto éxito con su duro y sin humor de synth-pop de sabor europeo. Sin embargo, aparentemente se habían convertido accidentalmente en megaestrellas al otro lado del charco cuando "Don't You Forget About Me" apareció en la banda sonora de la increíblemente popular banda sonora del Breakfast Club. Esto les permitió saltar al circuito de los estadios americanos, donde podían codearse con U2 y todo tipo de bandas estadounidenses de hair-metal y aprovechar que necesitaban un álbum de rock de estadio.
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