Mott the Hoople fueron una de las bandas más infravaloradas de los 70. Las obsesiones de su líder, Ian Hunter, se filtraron en canciones emparedadas entre Bob Dylan y un glam rock barato que las hacía deliciosamente guarras. Como ejemplo imperecedero tenemos este clásico, el sexto trabajo del grupo, obra capital y lustrosa en cualquier discoteca exquisita.
"Mott" se alimenta de lo comentado arriba. Guitarras sucias espolvoreadas de brillantina y un estilo vocal emparentado a ratos con el Dylan más desagradable dan como resultado un rock melódico pero feísta, atmosférico pero directo y crudo. Este disco es espectacular de cabo a rabo. Tiene tanto a lo que engancharse que es un auténtico festín. Es proto-punk y proto-heavy, el germen de tantas cosas... Marc Bolan debió quedarse henchido de orgullo y verde de envidia. Seguro.
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