Para empezar, decir que esto no es un concierto íntegro de la banda, sino un resumen de su gira nipona del 72. Las grabaciones se escogieron de entre las más impactantes de sus actuaciones en Osaka y Tokio durante tres días. Aún con esta ventaja (bastante habitual por otra parte) debo afirmar que fueron tres días gloriosos. No me queda otra ante tamaña demostración de poder. Una banda conjuntada, encendida y a pleno galope fotografiada para la posteridad en el momento álgido de su arte.
Lo más curioso es que el grupo ni siquiera quería hacer una grabación en directo. En la época, un disco en directo no era algo respetable en el mundo del rock duro, sino más bien una forma de cumplir reglas contractuales o de hacer tiempo mientras la inspiración llega. No es de extrañar que este fuera una obligación medio impuesta a la que accedieron a cambio de que sólo se publicara en Japón. Al final la cosa se les fue de las manos y por suerte se desparramó por todo el mundo, convirtiéndolo en uno de los ejemplos seminales de todos esos "live in..." por venir. "Made in Japan" se convirtió en el epítome de lo que una grabación de este tipo debe ofrecer.
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