domingo, 13 de noviembre de 2022

DISCO CLÁSICO DE ROCK DEL DÍA

 

La afirmación y el compromiso de las artistas femeninas se generalizaron en los años sesenta. El avance de las divas de la música negra inspira a una nueva generación de rockeras. En la vanguardia, Janis Joplin hace suyo el lema “sex, drugs and rock’n’roll”. Se impone como emperatriz del soul psicodélico y heredera de las blueswomen de los años veinte.


Janis Lyn Joplin nació en enero de 1943, en la ciudad obrera de Port Arthur, Texas, en un entorno bastante conservador. En desacuerdo con las costumbres del Sur, no se reconoce ni en la segregación ni en el modelo femenino que se le propone. Desde la infancia, se acostumbró a vestirse como un niño, negándose a usar faldas y vestidos, un hábito que mantendrá toda su vida. Mal en su piel, burlada por su físico, se refugia en la música, cultivando un fuerte gusto por las voces y actitudes de Billie Holiday, Odetta, Big Mama Thorton y Bessie Smith, cuya presencia y libertad admira.


También le gusta Etta James y Aretha Franklin, de los que toma prestada su energía. Su cultura musical es afroamericana y femenina. Orientada a las artes gráficas y la literatura, ella misma no llega al canto hasta finales de la adolescencia. En la escuela secundaria, se funde en el universo inconformista de los beatniks y hace sus primeras experiencias hacia los márgenes. Le gusta la embriaguez y las drogas, prueba la homosexualidad, al igual que las heroínas blues cuyas discos escucha. 

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