A comienzos de la década del ochenta tiene unos momentos dignos de recordar: Winning y Hold On, más roqueras que latinas.
En los años noventa, gracias en parte a que fue elegido por la revista Billboard —algo así como la Biblia de la industria musical— como el primer artista del milenio, resurge el interés por Santana.
Su carrera se reactiva de inmediato: en 1999 produce el disco Supernatural, un éxito sorpresivo y el más grande de su carrera.
Colaboraciones musicales con artistas de varias tendencias y épocas le permiten vender millones de álbumes y tener éxitos en sencillo como Smooth, con Rob Thomas, el cantante de Matchbox 20.
Mantiene esta línea hasta comienzos del nuevo milenio, mientras la estatura del guitarrista nacido en México traspasa las fronteras. Santana, sin duda alguna, es una leyenda de enormes proporciones.
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