Repetidas escuchas y la comparación con la música de lo que va de década (que creo que es de las más desastrosas de la historia del pop-rock) me hacen elevarlo a la categoría suprema. Un disco impresionante de una altura lírica y musical que anonada y de una atemporalidad que sólo los muy grandes consiguen.
Solo cabe seguir preguntándose por qué un coloso compositivo y una de las tres mejores intérpretes de la historia siguen siendo figuras cuasi minoritarias.
Destacan Streets of Paradise (con su letra punzante), Nights Comes In (curso magistral de como tocar la guitarra) y Dimming of the Day (una de las canciones mejor cantadas de las que conozco), pero el resto es igualmente excepcional.
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