Londres, el 8 de agosto de 1969, a las 11:35 horas.
Una espléndida mañana cálida en Abbey Road, donde la actividad bulle: un oficial controla el tráfico, deteniendo o desviando vehículos cerca de un cruce de peatones, a poca distancia de los estudios de la Emi.
Un individuo se sitúa en la cima de una escalera de pintor, sosteniendo con destreza una Hasselblad en sus manos.
En el cruce peatonal, cuatro adultos jóvenes se desplazan, coordinando sus movimientos bajo la dirección del hombre en la escalera.
Este individuo es el fotógrafo escocés Iain Macmillan, mientras que los cuatro son los Beatles. La sesión dura diez minutos, y la toma elegida entre seis opciones se convierte en la portada de su próximo álbum, Abbey Road.
La concepción de la foto provino de Paul McCartney, quien la había esbozado en papel. Paul, como era habitual, buscaba destacar, caminando descalzo debido al calor, según declararía más tarde, y llevando un cigarrillo entre los dedos de su mano derecha.
Estos detalles y otros avivaron especulaciones acerca de su supuesta muerte y su reemplazo por un doble. Más allá de las leyendas, esta toma convierte el cruce peatonal de Abbey Road en un hito del rock 'n' roll y un lugar sagrado al que acuden fanáticos anualmente para emular la icónica caminata de sus ídolos.
De hecho, las líneas del cruce, hoy en la lista de lugares de interés nacional, deben ser repintadas regularmente, siendo un fenómeno único en el mundo. "Es una imagen con la que la gente puede identificarse, un espacio donde aún hoy en día la gente puede caminar", afirma Macmillan.
En 2012, una de las fotos descartadas de la sesión de Macmillan se vendió por 16.000 libras.
Posteriormente, la portada fue mejorada gráficamente por el director de arte Kosh.
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