Un gran debut. Kate Bush es sin duda una de las grandes voces del pop, con una carrera muy estable y coherente, que sin embargo se hizo popular con un tema ajeno: es la voz junto a Peter Gabriel del tema "Don't Give Up". "The Kick Inside" resulta ser un trabajo maduro, que contiene temas muy trabajados y de gran calidad. Producido por David Gilmour, casi nada.
El lanzamiento de Mack en 1969, "Glad I'm in the Band", demostró que era un vocalista formidable, especialmente en blues y r&b. El remake de Mack del rockero de Huey "Piano" Smith en Nueva Orleans "Roberta" fue una mezcla aparticularmente fina de sus habilidades como músico y cantante, y se convierte en una actuación muy creíble en la balada de blues de Little Willie John de 1959, "Let The Talk".
A partir de su alijo de grabaciones de principios de la década de 1960, resucita "Why", un blues duro y lento, y "Memphis", que pierde poco de su mordida en un entorno más contemporáneo.
Lleno de todas las señas de identidad sucias del sur de Motown que esperarías, Who's Making Love... es uno de los grandes giros vocales del soul. A partes iguales James Brown y Ray Charles, Taylor fue realmente uno de los mejores vocalistas de su tiempo y uno de los más carismáticos en empezar. El álbum comienza con su canción principal, un verdadero mameluco de una pista legendaria y uno de los portadores de la corona de la larga línea de himnos de infidelidad del soul negro.
Cuando hablamos de Power-Pop se nos vienen infinidad de bandas a la cabeza: The Knack, Badfinger, e incluso ciertos álbumes The Who. Sin embargo, de entre todas ellas resalta un nombre: Big Star.
Big Star y su inclíble #1 Record. Obviamente, estamos ante una de las mejores obras del género. Pero, ¿Qué diferencia este álbum de los demás? ¿Qué le hace diferente, tan especial?
En mi opinión, es simple. Es un álbum que ha sabido envejecer con encanto. Ha sabido perdurar en el tiempo gracias, en parte, al toque genuino de Alex Chilton y Chris Bell. Sus letras han sabido captar la esencia de aquel 1972, la cual (en ciertos aspectos) es muy similar a este 2022 que ha arrancado con ciertas sombras.
Para un hombre de 82 años que una vez declaró famosamente "Estoy listo para morir", Leonard Cohen tuvo una década musical infernal, con tres discos (más uno póstumo) venerados por la crítica, cada uno hipotetizado como el último de la leyenda. Pero ninguno de estos lanzamientos podría haber llevado merecidamente ese título, excepto el adecuadamente titulado You Want It Darker, ya que es solo eso: mucho más que oscuro, consciente de su mortalidad terminal, abordando las circunstancias directamente, exponiendo íntimamente su desmoronamiento físico con un humor sombrío característico y regalándonos uno de los mejores álbumes de su carrera.
No es críptico, artístico ni inteligente. No es una declaración importante. Es solo un anciano que tiene su última palabra. Y eso es lo que lo hace tan desgarradoramente triste.
The Unforgettable Fire probablemente representa el U2 más cercano a lanzar un álbum de "escuchar fácil" o "chill-out". En el contexto del resto del extenso catálogo de la banda, este álbum, su cuarto lanzamiento de larga duración, de 1984, es esencialmente un asunto sobrio, optimista y en gran medida suave. No dejes que la naturaleza energética del primer sencillo del álbum "Pride (In The Name of Love)" te engañe.
Tal vez sea simplemente la producción pulida o los valores de las canciones amigables con la radio, pero esta solo suena a años luz de la banda.
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