Ritmo y blues punk. Jovenzuelos blancos británicos afanándose en destripar el ritmo y blues original estadounidense, compensando con desparpajo entusiasta las relativas deficiencias interpretativas. A estas prácticas se entregan los Rolling Stones en su debut discográfico. Dos guitarras, voz, armónica, bajo, palmas, pandereta, batería y ocasionales piano, órgano y maracas para llevar a cabo la tropelía. Sin ser virtuosos del toque, se daban buena maña, le echaban jeta garbosa y tenían gusto fino. A pesar de que no eran particularmente fieros, el sonido del conjunto destilaba algo oscuro y amenazador. El desaguisado perpetrado consiste principalmente en descuajeringar canciones de artistas admirados. Chuck Berry, Slim Harpo, Rufus Thomas o Willie Dixon. Tan solo presentan tres creaciones propias. El instrumental "Now I've Got A Witness" y dos notables números vocales: “Tell Me”, balada a mitad de camino entre el beat y el soul refinado en la que Jagger y Richards ya despuntan como compositores, y "Little by Little", perfecto ejemplo de ritmo y blues punk.
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