That'll Be The Day es el predecesor de Stardust y, a lo largo de esas dos películas, cuenta la historia de Jim Maclaine y su ascenso y caída de la ferial a la superestrella del rock internacional y al lavado de la droga. Cosas biográficas de rock bastante estándar. Lo que no era estándar, sin embargo, era la música que acompañaba a la película. Nos hemos acostumbrado tanto a las películas que generan bandas sonoras que contienen música popular que es difícil recordar que es un fenómeno que ha crecido fuera de la era de los vídeos de MTV. Así que That'll Be The Day fue atractivo simplemente por ser uno de los primeros, ahora es atractivo por ser uno de los mejores.
En términos de calidad, That'll Be The Day debe ser uno de los mejores álbumes de banda sonora de películas jamás lanzados
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